Patria. 2012. Vivo y trabajo excavando la realidad, empuñando mi alma en uno de los países más conflictivos y peligrosos del mundo, con una población violentamente ingenua, abnegada, pobre y altanera que resiste el exterminio masivo, la corrupción, la desaparición forzada, el desplazamiento, generados por el sancocho hirviendo del estado, la delincuencia común, el narcotráfico, la insurgencia, las multinacionales y la iglesia pederasta con su fe, esperanza y caridad, que asienten todo este mierdero; en donde uno de los problemas esenciales es la ausencia de lugar para soñar, realizar un proyecto de vida y morir con dignidad en medio de una historia social y política que no es proporcional a la historia del arte. ¡Colombia es el mundo!.
Mi ritual comienza vestido de blanco, descalzo, rapado, con muy poca luz, arrastrando la historia viva anónima sobre el suelo de la antigua estación del ferrocarril. Una historia de una vida desgarradora, dolorosa sin normas y sin límites, de alguna manera eterna, Halada y condensada en un envoltorio en forma de lliclla de sobrevivencia contenida con un colchón, una mesa de madera, un taburete, una madre desplazada por la violencia y una caja de cartón con el que atravieso el espacio, froto el piso, lo rasgo y lo vacio, para luego, izar uno a uno los objetos y a ella. La caja de cartón es tratada como caja de luz iluminando el espacio con un texto titilante irradiado desde adentro por un cabo de vela encendido que anuda una anti-escena asistida de dolor, piedad y misterio.
Patria, es una obra imantada de conciencia, construida desde la marginalidad, desde allí entiendo lo social, lo político y lo económico, Es hacer política desde el arte, es Schopenhauer, Jorge Luis Borges y Tirofijo tamizados a través del anarco-marxismo y mi vida. Es la actividad moral como sistema de interpretación de la realidad. La moral como actitud soporte y requisito, para producir arte, desafiando todo, desafiando el dinero, el gusto, el mito y la mafia del arte, en una sociedad cruel y obediente como la nuestra. Uno de los precedentes de Patria que realizo ahora en Armenia es Labriego de 1980, consignada en mi libreta de proyectos y construida a partir de arrastrar el cadáver de un preso político sobre la plaza de Bolívar de Bogotá, para que la plaza y el asfalto lo devoren a medida que yo lo arrastro de manera obsesiva y feroz. Labriego, también anticipa Síntoma (1984), performance en donde escribo con vigor textos uno sobre otro, con la lengua de un cadáver de preso político sobre las paredes del Museo Antropológico y Pinacoteca de Guayaquil-Ecuador, que se iban comiendo la lengua a medida que yo escribía. Por último Mugre (1999) hecha con un indigente adulto sudoroso, cargado sobre mis hombros y frotado sobre las paredes del Museo blanco y reluciente, en donde la mugre y el odio de la ciudad se vierten a través de un miserable. Patria es la mugre redimida y ascendida a amenaza superior, convirtiendo a esta mujer desplazada y cabeza de familia en santa.
Tercer encuentro de performance para la vida. Calle Bohemia.Armenia, Quindio. 2012
Fotos: José Kattan y Holanda Caballero.